Cómo estropear las redes sociales

Las redes sociales han supuesto una revolución brutal a todos los niveles de interacción: social, comunicación, económico, etc.

Han sido unas herramientas a lo largo de estos años muy valiosas, pero ahora (en el año 2022) algo está pasando con ellas.

¿Qué está pasando con las redes sociales?

Al principio de los principios estaba muy bien. Tú publicabas una foto, un texto o un vídeo y lo podían visualizar un montón de personas, fueran amigos o no (en el caso de que tu perfil lo tuvieses en modo público).

Podías hacer crecer tu público alrededor de ti o de tu marca personal, crear una comunidad con intereses comunes, pero eso se ha acabado.

¿Por qué ya no se visualizan los contenidos?

Es algo muy simple, como toda empresa que se precie: quiere dinero. No les basta con mostrarte anuncios.

Y, ¿ qué han hecho estas empresas para ganar dinero (a parte de mostrar anuncios)?, ¿poner una cuota al mes y con ello espantar a los usuarios? No. Lo que ha hecho ha sido que si quieres que una publicación tuya llegue a muchas personas tienes que pagar por ello.

Es cierto que tú decides el dinero que te quieres gastar, de momento no hay paquetes de tiempo ni cuotas raras, pero si quieres que la publicación que te has trabajado y le has metido tantas horas para tu negocio la vea una mínima parte, tienes que abrir la billetera.

¿Qué ocurre entonces con esta situación?

El escenario es el de siempre, más dinero, más visualización. Así que sólo vemos las publicaciones que más dinero han pagado por ellas. Dejando atrás publicaciones con menos presupuesto y con ello con pocas visualizaciones.

Por una parte es justo, el que más paga más visualizaciones tiene, pero por otra los usuarios normales sólo están viendo «anuncios (publicaciones) pagados», y por lo tanto la frescura de la red social, muere.

¿Qué os ha parecido el tema? ¿Lo habíais pensado así? Contadme en comentarios 🙂

El influencer, ¿es realmente libre?

Hola a todos, ¿qué tal estáis? Hoy os traigo un post que os hará pensar un poco la situación.

A estas alturas de la vida todos sabemos lo que es YouTube (o cualquier otra red social), y lo que es ser youtuber o influencer.

Para el que no lo sepa, esta nueva forma de ganarse la vida consiste en compartir conocimientos, trucos, o mostrar cosas como ropa, cosméticos, etc, acompañados de una opinión. Esta acción podrá estar patrocinada o no (es decir, que te paguen por ello), según haya decidido el influencer.

Tema a parte, de si es una forma de ganarse la vida y todo lo que conlleva ese tema, quiero centrarme en un detalle.

Lo que se nos vende a los consumidores de estos vídeos y plataformas es que un youtuber o influencer es el dueño de su vida y de su tiempo, pero creo que eso dista mucho de la realidad.

¿Es un influencer dueño de su vida?

En cierta manera no, ya que le termina salpicando, tarde o temprano, el contacto con su vida privada. Es decir, se les acaban las ideas o los temas para publicar, y terminan haciendo un «House tour», un » Mi vida en 24 horas», que aunque ellos piensan que tienen el control sobre lo que publican, están muy equivocados.

A la gente le gusta el salseo, y al ver esos videos personales quieren saber más y más. El youtuber como no quiere perder audiencia y quiere ganar nueva, se presta a ello. Así es como termina publicando su vida, como si fuese la revista Hola. (Hay excepciones como en todo en la vida, pero no es lo normal).

¿Es un influencer dueño de su tiempo?

Vuelvo a decir que no, me expico.

Creemos que uno es dueño de su tiempo cuando no está atado a un horario fijo todos los días y a un sitio determinado a dónde acudir a trabajar.

El youtuber ¡Claro que lo tiene igual! sobre todo el horario.

Es verdad que su escenario físico puede variar o no, según su clase de seguidores. Puede ser que tenga que grabarse o fotografiarse en diferentes lugares, pero al fin y al cabo son horas de trabajo, y algunos lugares tienen horarios. No puede hacerse las fotos cuando quiera. Y el que graba en su casa, no sale de ahí (trabaja, come duerme en el mismo lugar), y eso es peligroso para la salud mental (a algunos youtuberes les ha pasado factura).

Además el contenido y los vídeos no se hacen solos, y tiene que meterle muchas horas de trabajo, incluso más que si estuviese en una oficina. Primero porque tiene que pensar qué hacer, buscar una estrategia, probarla, y meterse en una rutina de videos y publicaciones bastante exigente porque sino las redes sociales lo penalizan y no muestran sus viedos. Total, trabajan incluso más de 8 horas al día, mucho más.

Y aquí es donde quiero llegar

Se nos vende como que son libres y afortunados, pero lo que no sabíamos es que están atados de pies y manos en cuanto suben su contenido a las diferentes plataformas.

Cada plataforma tiene sus reglas y su manera de hacer las cosas, así que estás sujeto a esas normas, y si te las saltas, aunque sea sin querer, te penaliza bajando las visualizaciones. Te puede quitar el canal, penalizarte a no subir videos por un tiempo, o quitarte la monetización, es decir, dejas de ganar dinero.
Además las plataformas se llevan comisión por lo que haces.

Es todo un poco engañoso. Nos pensamos que es libertad cuando «haces lo que te gusta», pero en cuanto están sujeto a las reglas de otros ya no gusta tanto, ¿verdad?

¿No es esto como si tuvieras un jefe y trabajaras para una empresa?

Lo es.

Dependes de una empresa al fin y al cabo, y esa empresa se llama Youtube, twitch, Facebook, Instagram, Tiktok, etc. Y si decide que no le interesas más te hace desaparecer.

¿Te ha gustado? ¿Lo habías pensado de esta manera?

Nos vemos en el siguiente post ❤(っ^▿^)

Adicción a los tips o consejos rápidos.

Hola, ¿qué tal estáis?

¿Os gustó el post sobre la autoayuda y sus peligros? Si no lo has leído aún podéis hacerlo pinchando aquí, si queréis 😉

Hoy os traigo algo parecido a ese post, pero en esta ocasión me centraré en los tips/consejos rápidos.

A cuántos nos gusta ver vídeos o leer webs donde en 5 o 10 consejos nos solucionen el problema. Yo la primera.

Pero, ¿qué se esconde tras esos consejos rápidos? Te lo cuento.

No todo es malo en esta vida, ¿eh?, no vayáis a pensar que me he vuelto negativa y que estoy en contra del mundo, je,je,je. A veces estos mini consejos nos vienen de perlas para solucionar algo en lo que estamos atascados o nos disipan dudas sobre algo que no entendemos muy bien, pero lo malo viene cuando esos tips ponen tiritas a algo que tiene el problema más profundo.

Me explico. Por ejemplo, uno no puede dormir, y lo primero que busca es: «tips/consejos para poder dormir mejor». Personalmente, creo que está mirando en el sitio equivocado. Creo que el sitio correcto es mirar dentro de ti. Preguntarse, ¿qué ha cambiado en mi rutina para que me haya alterado el sueño de esta manera? o, ¿qué hace que no duerma bien por la noche como antes? Y es aquí donde empieza el trabajo interior, ¿es aquella discusión que tuve con un cliente?, ¿es esa tarea que estoy postergando demasiado y se me está haciendo bola?

Pero en vez de mirar en nuestro interior y atacar el problema de raíz lo que hacemos es poner parches, mirar esos pequeños consejos, que sí, que mal no nos van a hacer, pero no dejan de ser meros parches que aguantarán lo que aguante el cuerpo y mente.

Y, ¿por qué recurrimos a estos conejos rápidos y no miramos en nuestro interior?

La respuesta es sencilla: MOLESTA.

Sí, mirar hacia nuestro interior es una acción que molesta, te pone incómodo, porque ves cosas que no te gustan de ti y es muy cómodo mirar hacia otro lado y que la ayuda venga de fuera.

Trabajar el interior de uno mismo requiere mucho esfuerzo, paz, tranquilidad, sacarte las faltas sin juzgarte (que es difícil no hacerlo), y ese proceso la mayoría de las personas no está dispuesto a pasarlo.

Uno nunca sabe hasta dónde puede llegar si no toma acción y se pone a ello. A lo mejor efectivamente no has podido llegar al objetivo (como pensabas en un principio negativamente), pero es muy probable que hayas llegado a un par de escalones más arriba de lo que pensabas, así que, no era un NO rotundo, ¿verdad? 😉

Y vosotros, ¿sois consumidores habituales de estos consejos rapidillos?

Contadme 🙂

La autoayuda, ¿»desayuda»?

¡Hola a todos! ¿Qué tal? ¿Cómo lleváis los confinamientos y las cuarentenas?

Yo desde hace algunos meses llevo devorando libros y videos sobre el género autoayuda.

Con todo este follón de la pandemia del coronavirus en el año 2020, confinamientos, prohibiciones y demás, me he percatado de que ha habido un aumento en la consumición de este tipo de material, y por ende, hay mucho material publicado, tanto internet como en físico. Y mucha gente, algunos más «coaches» que otros, se han lanzado al mundo ofreciendo consejos y tutoriales para poder soportar esta época que nos ha tocado vivir de la noche a la mañana, nunca mejor dicho.

A lo largo de estos meses llevo observando ciertas situaciones que, si no sabes manejar bien, la autoayuda va a servirte más de «desayuda».
Lo digo porque cuando veo esos consejos en vídeos, blogs, etc… suelen decir «si haces esto te va a funcionar«, entonces tú intentas cambiarlo todo (hábitos, rutinas, y demás) tal y como te lo dice el «coach» y ¿qué pasa?, pues que es un desastre, porque no puedes clonar la vida de otro para ti.

Y es cuando viene aquí el problema, te frustras porque no has podido hacerlo y te sientes muy mal. Si el otro ha podido, ¿por qué yo no? Simple, porque tú no eres él.

Hay que adaptar los consejos que el coach te da a tu vida, y no todos los consejos valen para ti, aunque no es imposible. Como digo yo, hay que coger «pildoritas» de uno, de otro, de miles, y te haces tu rutina y tus hábitos a ti, a tu gusto, bajo tus circunstancias, no bajo las circunstancias del «coach».

Además, ya sabemos que los que se muestran en las redes suelen dar la sensación de éxito, y a lo mejor no lo tienen, pero lo parece. O como dice el refrán: consejos doy que para mi no tengo.

Así que, cuidado con lo que se ves y sientes por las redes.

Si de verdad quieres cambiar cosas en tu vida que te gusten de otro al que le vaya mejor, adáptalas a ti, no las calques, y verás qué bien te va a ir.

Espero que os haya gustado.

Hasta la próxima 🙂

Autismo, o te tritura o te renueva.

Hola a todos. Hoy os traigo un post que, muchos sé que no lo entenderán, otros pensarán que lo entenderán y, algunos sí que lo entenderán.

¿Por qué lo digo así? Por la experiencia que me ha brindado la vida.

Os cuento por encima. Por X motivos el autismo ha llegado a mi vida. A partir de ahí y sin que te descuenta comienzas una serie de conexiones y desconexiones neuronales brutales que te van cambiando el cerebro. Además, lo notas.

El caso es que cuando echas la vista atrás, no más de un año, no hace falta ir tan lejos, te das cuenta del súper cambio que has dado, y que en mi caso para bien, ya no soy la misma de hace un año.

Una de las cosas que he notado, por ejemplo, es que los problemas del día a día ya no son tan importantes. Eso significa que la energía que tienes la ahorras en estas cosillas para las otras más «graves».

Entonces aquí viene el asunto, lo que para mí deja de ser importante para mucha gente es lo más importante de sus vidas, sus «drama queen», y los ves y piensas… qué desperdicio que hacen de su energía y su vida, cuando podrían centrarse en otras cosas buenas que tienen y no se dan cuenta. Y así es como veo que se les va la vida, y me dan pena, en cierta manera.

Os dejo una infografía de las cosas que tenía preparadas para mí el autismo. Más adelante os contaré más cosas.

Espero que os guste.

Bye 🙂

Las cookies nos perjudican y no lo sabíamos.

¡Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo estamos? Hoy os traigo un post que me tiene intrigada y preocupada a la vez desde que he descubierto una cosa.

Desde hace un par de años, más o menos, por un cambio en las políticas de privacidad en las webs nos hacen, cada vez que entramos en una, aceptar las cookies, ¿te suena?

¿Qué ocurre con esto?

Al aceptar las cookies estás dando permiso a los motores inteligentes de navegación a que te muestren sólo de lo que tienes interés, es decir, mientras navegas por internet, memorizan todo lo que vas visitando, y de ello sacan una estadística sobre tus gustos para luego mostrarte anuncios sobre esa temática que has visitado.

Y diréis: ¡mejor! Así la publicidad va más acorde con mis gustos y no me muestra cosas que no me interesan.

Por una parte os daría la razón, pero por otra, nos hacen perder una gran parte del mundo. Me explico. Al SÓLO mostrarte cosas de tu interés te pierdes un montón de cosas que hay ahí fuera, y que a lo mejor te pueden interesar.

Os dejo una infografía para que quede más claro:

Conclusión: nos estamos metiendo en una burbuja, aislándonos, y nos estamos volviendo mono tema. Terminamos viendo sólo una parte del mundo, y es una pena.

¿Qué pensáis? ¿Os habíais dado cuenta?

Contadme

Bye

¿Se ha desinflado «El código Da Vinci»?

Hola, ¿qué tal?  Hoy os traigo un post de opinión.

Corría el año 2003 (ahora estamos en el 2020) y llevaba como un par de años en la universidad, más o menos. Recuerdo a una amiga hablar sobre un libro que estaba leyendo y estaba realmente flipada. Comenzó a despotricar en contra de la iglesia, que habíamos sido engañados, que la iglesia era una mentirosa y que ese libro iba a revolucionar nuestras creencias.

Yo la miré estupefacta, porque para empezar, cómo podía creer tan a la ligera y tan arraigadamente unos argumentos que venían de un ¿best seller?

En mi opinión para que haya un cambio de paradigma los argumentos tienen que ser de mucho peso. Esto no te lo da un libro comprado en una librería, y menos una película basada en el libro.

Estoy hablando de “El código Da Vinci”. Sí, ese libro/película que prometía meter a la iglesia bajo tierra y desmoronarla hasta su desaparición.

Yo, no he leído el libro, sólo he visto la película, y soy consciente de que no habrán contado todo lo que sale en el libro, ni con la misma intensidad. Soy consciente de que la película la habrán hecho lo más hollywoodiense posible para que sea taquillera y tenga muchas ventas.  Pero también os digo que la materia prima es lo que es, y no deja de ser una novela de búsqueda del tesoro con carácter religioso basándose en unos evangelios apócrifos (que significa que no son los oficiales).

Cuando se escribieron los evangelios “todo el mundo se puso a escribir” después de la muerte de Jesucristo. Mateo, Lucas, Marcos y Juan fueron unos de ellos. Pero también fueron Felipe, Tomás, Bartolomé, Andrés (hermano de Simón Pedro), Judas Iscariote, Simón el Zelote, Jacobo hijo de Zelebedeo, etc, etc.

Después de comparar mucho la iglesia decidió que oficiales sólo iban a ser los evangelios de Mateo, Lucas, Marcos y Juan, evangelios canónicos que se llaman. ¿Por qué? Porque los cuatro contaban lo mismo sin irse por las ramas.

¿Te fiarías más de una historia contada por varias personas que coinciden en sus argumentos? O ¿de una historia que se parece en parte pero que se van muy por las nubes y que ninguno coincide más allá de lo dicho por Mateo, Lucas, Marcos y Juan? Yo me quedo con la primera opción, señores, para todo en la vida, no sólo en la religión.

¿Qué pasa entonces con este libro/película?

El autor Dan Brown ha hecho un libro de súper ventas contando una interesante historia de caza tesoros, el Santo Grial, que ya en su momento Indiana Jones lo tuvo en sus manos, pero que de paso se basa en los evangelios apócrifos (los no oficiales, la segunda opción de la que os hablaba en el párrafo anterior). Estos evangelios apócrifos dan mucho juego porque hay un montón de argumentos a los que no estamos acostumbrados a escuchar. Es por eso que creo que mucha gente flipó con esta historia (que el autor ha ido alargando en varias sagas).

De todas maneras hay una cosa que me ha llamado la atención. ¿Sabéis que uno de los argumentos empieza por el cuadro de la última cena que pintó Leonardo DaVinci?

¿Pero este hombre estaba allí? En las lecturas , apócrifas o canónicas, ¿hay detalles de las ropas como si fuese un libro de novela romántica?  Ahí lo dejo 😉

Consejo: tened criterio a la hora de recibir información.

Espero que os haya gustado, y si no habrá que esperar al siguiente post 🙂

Bye

«Lo que tienen que hacer…»

Lo que tienen que hacer es… Esta frase la llevo escuchando y leyendo desde hace varias semanas. Y es que, con la inminente vuelta al cole, hay una revolución social de aupa.

Hola, ¿Qué tal estáis? Espero que muy bien.  Vuelvo después de unas raras vacaciones marcadas por la mascarilla, el gel y la distancia de seguridad.

Durante estos días de desconexión no he parado de escuchar tanto en la televisión, en internet  como en la calle la frase “Lo que tienen que hacer…”

El ser humano es un animal racional, pero necesita costumbres como casi todo ser vivo de la tierra. Y uno de los acontecimientos más revolucionarios a varios niveles (emocional, cambio de horarios, rutinas, la cuenta bancaria de la que no para de salir dinero en materiales que nunca acaban) es la vuelta al cole.

En este caso, a fecha de hoy,  finales de agosto del año 2020 aún no sabemos, en medio de la pandemia del COVID-19, cómo se va a proceder.

Nunca llueve a gusto de todos, eso es una verdad imperial. Y lo que es una verdad imperial también es que cada uno arrima el ascua a su sardina, así que todas las ascuas que escucho detrás de cada “lo que tienen que hacer” son meras conveniencias según las necesidades de cada uno, con lo cual nunca, nunca se llegará a un consenso en el que todos estén de acuerdo.

Personalmente, me siento en medio de un caos, y encima no puedo hacer nada, salvo obedecer en lo que digan los organismos superiores, que no dan mucha confianza la verdad.

Recemos para que todo salga bien y no se convierta esto en la peor vuelta al cole del siglo 21.

PD: Un siglo son 100 años, y sólo llevamos 20 y mirad cómo estamos. Aún hay tiempo para que vengan los extraterrestres, los zombis y todo lo que se está diciendo por internet, ja, ja, ja.

¡Hasta la próxima!

Lo que no te cuentan de los productos sin lactosa.

¡Hola a todos! He vuelto.

¿Qué vengo a contaros hoy? La verdad es que algo que creo que es muy interesante, al menos curioso, y que no suelen contar aunque convivimos con ello.

Os voy a hablar de la “Lactosa”, pero tranquilos, que no me voy a poner en plan clase.

La lactosa es el azúcar que tiene la leche, azúcar natural, me refiero. Y la Lactasa es la enzima que ayuda a sintetizar la lactosa para que se convierta en azúcar “hablando en términos muy generales y para que lo entendamos todos bien”.

¿Qué le ocurre a la gente intolerante a la lactosa?

Lo que le pasa a estas personas es que no tienen suficiente enzima lactasa en el cuerpo y no puede transformar toda la lactosa, por eso hacen digestiones pesadas, se les suelta la barriga, etc.  No puede procesar toda la lactosa.

¿Cómo lo solucionan estas personas? Consumiendo productos sin lactosa, pero…

¿Cómo se fabrican los productos sin lactosa? Aquí está la clave.

Resulta que a los productos sin lactosa no se les puede quitar la lactosa. Lo que se hace es ponerle más cantidad de enzima lactasa (que es la que le falta a estas personas) para que puedan digerir el producto lácteo.

¿Cómo te has quedado? Pues como yo, así :0

La gente intolerante a la lactosa toma lactosa con la suficiente cantidad de lactasa para que no le afecte el déficit y pueda hacer buenas digestiones.

Espero que os haya gustado el post de hoy.

¡Hasta la próxima!

¿Cuál es el correcto, 180º o 360º? Hagan sus apuestas.

Hola a todos, ya estoy por aquí de nuevo 😉

Hoy os traigo algo diferente, entre filosófico y matemático.

¿Habéis escuchado alguna vez la expresión, “mi vida ha dado un giro de (180o / 360o)”?

¿Cuál es la manera correcta de expresarlo? Es que la cosa tiene tela.

Os lo explico:

Este eres tú. El círculo pertenece a tu alrededor (delante, detrás, izquierda y derecha) siempre que tú te posiciones en el centro.

Al permanecer en el centro, automáticamente salen unas medidas matemáticas que sí o sí, son así. Estas medidas están relacionadas con lo que he mencionado antes de tu alrededor (delante, detrás, izquierda y derecha).

  • Si miras hacia el frente son 0º (cero grados).

Te lo explicaré con dibujos 🙂

  • Si miras hacia la izquierda son 90º.

  • Si miras hacia tu espalda son 180º.

Aunque me lo he saltado porque es lo mismo como en el lado izquierdo, para el lado derecho serían 270º.

  • Si miras de nuevo hacia el frente, después de haber hecho todo el giro anterior, son 360º.

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  • Por lo tanto un giro (entero) son 360 grados, y vuelves a tu posición inicial.
  • Medio giro son 180 grados, y ves lo que tenias a tu espalda.

Ahora viene el poder del lenguaje.

Entonces, ¿Cuál es la manera correcta de expresar todo este lío?

Lo correcto sería decir, para expresar el verdadero cambio en la vida:

“Mi vida ha dado medio giro de 180 grados”

Pero al decir la palabra «medio», estamos dando una connotación a lo que queremos expresar un poco pobre, y queda raro decir “mi vida ha dado medio giro de 180 grados”, aunque esto sería lo correcto, por eso usamos la palabra “un giro” en vez de «medio». Aunque evidentemente es incorrecto decir 360 grados porque matemática y físicamente hablando es la misma posición después de haber dado una vuelta entera.

Resumiendo:

Expresión correcta: «Mi vida ha dado medio giro de 180º», pero no mola decirlo así.

Expresión incorrecta: «Mi vida ha dado un giro de 360º», porque en realidad te has quedado en la misma posición, no has cambiado nada.

Expresión incorrecta: «Mi vida ha dado un giro de 180º», porque en realidad no has dado un giro, sino medio.

Bueno, después de esta clase matemático, física y filosófica, espero que os haya aclarado algunas cosas en la manera de expresar estas cosas.

Hasta la próxima 😉